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Precisamente como miembro del consejo de administración de Banesto le tocó vivir en un primerísimo plano los años más ajetreados de la apasionante batalla en torno a la presidencia del que era el primer banco del país. Amigo de sus amigos, estuvo siempre muy vinculado a Mario Conde, al que tendió su mano en su trayectoria dentro del banco y de su grupo de empresas. Pronto se convirtió en algo más que uno de los más poderosos allegados del joven banquero. 

Fue también para Conde un bastión y aliado tanto en la lucha del abogado Conde por llegar a la presidencia de Banesto y librarse de la OPA del Banco de Bilbao, como en la guerra desatada con «los Albertos» y su hombre en el consejo de la entidad, Romualdo García Ambrosio.

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La noticia de su muerte solamente pilló desprevenidos a quienes no eran sus allegados y desconocían que, desde hace años, sufría una artropatía deformante. Reservado hasta extremos iconcebibles, Pedro Masaveu ha venido librando en los últimos años un feroz batalla contra una larga enfermedad que, poco a poco, le había obligado a separarse del mundillo de las artes y del menos reconfortante mundillo de las imanas.

Mecenas y amante de las artes, fue continuador de una tradición familiar que le ha llevado a poseer una de las mejores colecciones privadas de pintura de este país. A la muerte de su padre, en el ejercicio de 1968, se convirtió en miembro del consejo de administración del Banco Español de Crédito. Ello le convirtió, con tan sólo 29 años, en el hombre más joven que jamás había llegado a la máxima cúpula directiva en la historia de la entidad que hoy preside Mario Conde. 

Muy próximo, por tanto, a Mario Conde rechazó, sin embargo la oferta que éste le hizo para llegar a la vicepresidencia de la entidad cuando se enemistó con Juan Abelló. Si aceptó, sin embargo, un cargo en el consejo de administración de la Valenciana de Cementos, uno de los negocios que mejor conocía el mecenas asturiano, negocio que siempre le atrajo tanto como el mundo de la banca al que estuvo vinculado desde Banesto al Herroro y a Bankinter.

Este asturiano de barba apretada y entrecana llegó a convertirse en el segundo accionista privado más importante de Banesto, sólo por detrás de Mario Conde, donde controlaba aproximadamente un 1% del capital social de la entidad financiera. Pedro Masaveu era el cabeza de un imperio empresarial familiar, muy diversificado, con base en empresas cementeras asturianas, pero con participaciones importantes en sociedades de la construcción, alimentarias, vinícolas, navieras, inmobiliarias y ganaderas.

Pedro Masaveu Peterson, soltero, nació en Oviedo en 1939 y se licenció en Derecho por la universidad de la capital del Principado. Mantuvo siempre una estrecha vinculación con su tierra y con sus gentes. Discreto como pocos, ha sabido quedarse siempre en un segundo plano que para nada correspondía a uno de los hombres con mayor fortuna de España.

Algunos amigos del fallecido han asegurado que la fortuna de Masaveu es difícil de calcular, tanto por la discreción que rodeó toda su vida como por el hecho de que sus propias empresas no cotizaban en Bolsa. No obstante, señalaron que en círculos financieros se ha manejado que en los años setenta ya ascendía a 115.000 millones de euros.

No obstante, su enfermedad le obligó en agosto pasado a presentar la dimisión en el consejo de administración del banco, del mismo modo que renunció a la vicepresidencia de la Corporación Industrial y a una de las vocalías del consejo de Bandesco.