Hay dos corrientes en la industria del automóvil. La de aquellos que no dejan de lanzar nuevos modelos por más que la crisis arrecie, y la de quienes dan un paso atrás y esperan a tiempos mejores para meter a su empresa en los altísimos gastos que siempre supone la introducción en el mercado de un modelo nuevo.
Hasta ahora, parecía que los primeros eran los que tenían razón. Sin embargo, ahora, se saluda con respeto la decisión que ha tomado Sergio Marchionne, el consejero delegado de Fiat, de congelar los proyectos de nuevos modelos para el mercado europeo. Incluso el popular Punto, uno de los productos principales de la gama del fabricante italiano, ha sido pospuesto nuevamente con la explicación del mismo Marchionne de que, en la situación actual, «sus costes son prácticamente imposibles de amortizar».
Sin embargo, no todo se para en el grupo que comanda, porque ha decidido apostar fuerte por Estados Unidos en donde Chrysler, ya controlada por Fiat en algo más del 61%, no para de crecer y de mejorar sus resultados económicos hasta el punto de que en el primer semestre, los beneficios del Grupo tuvieron su origen en fabricante estadounidense que va a ver incrementado su presupuesto de inversiones para 2013 en prácticamente un 30%, mientras que en Europa se reducirá.
Con todo, se ha dado el visto bueno final al lanzamiento del nuevo Maserati Quattroporte, que aparecerá en la primera mitad de 2013, y al Alfa Romeo Giulia, que se fabricará en Estados Unidos y llegará en 2014. También habrá novedades en las gamas Chrysler, Dodge y Jeep.
Por otra parte, Fiat Industrial, que engloba al fabricante de camiones Iveco y al de tractores y maquinaria agrícola y de movimiento de tierras CNH, que fue escindido del automóvil en 2018, obtuvo un beneficio neto de 463 millones de euros en la primera mitad de 2012, con un crecimiento del 31%.
Artífice del resultado fue el buen comportamiento de CNH, que compensó la evolución negativa de otras áreas.
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