Siria vive instalada en una guerra civil en la que el número de muertos aumenta día a día. La localidad de Duma, cerca de Damasco, se convirtió ayer en el epicentro de una nueva matanza. Las tropas del régimen de Bashar Asad mataron a 50 personas, entre ellos mujeres y niños, según denunciaron fuentes de la oposición siria.
Los rebeldes colgaron en internet vídeos en los que se aprecia la magnitud de la masacre: cadáveres amontonados envueltos en telas blancas con restos de sangre.
Mientras, el presidente sirio volvió a acusar una vez más a los opositores del fracaso de la mediación del enviado de la ONU Kofi Annan para acabar con el conflicto. «Nadie conoce mejor la situación en Siria que la propia Siria, así que no aceptaremos soluciones externas, ya sea que vengan de las grandes potencias o de países amigos», precisó el mandatario, que elogió a su principal aliado en la región: Irán.
Pese a la insistencia de Rusia, Teherán no fue invitado a la conferencia que se celebra hoy en Ginebra y en la que se hablará de la situación en Siria, debido a la fuerte oposición por parte de Estados Unidos. A este encuentro asistirán los ministros del Exterior de los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), los de Irak, Kuwait y Qatar, así como la representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.
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