Surface la máquina que ve al usuario

Se ha presentado en Madrid la segunda versión de Surface, un concepto de ordenador hasta ahora propietario de Microsoft, que se basa en que la máquina ve al usuario y reacciona a sus gestos y movimientos sobre la pantalla. En la primera versión lo de ver era más literal porque usaba cámaras para ello.

La nueva Surface se sigue presentando como la tabla de una mesa, con sus cuatro patitas, pero es más ligera (adelgaza de 90 a 40 kilogramos). Todo el PC (procesador de doble núcleo, 2,9 Mhz; disco de 360 gigas; 4 gigas de RAM...) está integrado en la carcasa de una pantalla de 40 pulgadas, con un grosor de 10 centímetros. Como un televisor plano de hace tres años. Todo el uso se hace sobre una fantástica pantalla multitáctil que reconoce 52 puntos de contacto simultáneos. Más de 10 manos. Por cada uno de sus 2.073.600 píxeles, un led retroiluminador emite a la vez un punto de luz infrarroja para ver la actividad cercana. Es como un supertablet con Windows, mezclado con kinnect, para uso empresarial.

Sin embargo, lo más intrigante en la presentación fueron unas palabras de María Garaña, explicando que esta vez el hardware es de autor. «Hemos decidido ir con los mejores», dijo, como tirando los tejos. Y en su boca no debió ser desliz, porque después lo repitió la presidenta de Microsoft España.

Ese «los mejores» se refiere a Samsung, que pone su marca a la máquina y es socio muy significativo. Un gigante de la electrónica que parece soportar mejor que la mayoría el vendaval de la crisis y los cambios tecnológicos, con una facturación de 8.000 millones de dólares al año y reinvirtiendo el 6% en I+D. En el reajuste brutal de la industria que va a ser esto que llaman la era post-PC, la coreana Samsung es a la vez jugador destacado en los escaparates -el que mejor aguanta la mirada a Apple en diseño y sex appeal de móviles y tabletas- y desarrollador de tecnología punta, específicamente pantallas táctiles, la nueva piedra angular.

El golazo de Bill Gates para Microsoft fue vender a IBM el sistema operativo MS DOS, pero su gran éxito fue la alianza tecnológica con Intel, expandiendo a todos los fabricantes menos uno un Windows acomodable a cualquier cacharrería. En el nuevo panorama no es tan obvio si es mejor estrategia la multiplicación de Google con su Android en todo tipo de tabletas y móviles, o la concentración, afinando un software para un hardware específico y calibrado, como hace Apple en sus gamas iPhone y iPad...

Da la impresión de que lo de Apple va mejor. Pero aún puede haber partido. Microsoft ya tiene una alianza para sus smartphones Windows con Nokia, que no es un fabricante en sus mejores horas. Mientras, Samsung juega a todo, hace móviles con Windows y prepara un tablet ligero y competitivo para Windows 8. Y de la presentación de Surface queda esa declaración a Samsung: «Son los mejores...». ¿Habrá boda tecnológica?

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