Un gran hotel también tiene sus secretos


Felipe II, tuvo también su hotel. Tres siglos más tarde de la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se inauguró en la sierra escurialense el Gran Hotel Felipe II. El Felipe II se abrió en 1946 y hasta su cierre en 1973, según fuentes del Ayuntamiento de San Lorenzo, fue uno de los grandes hoteles de Europa. 

«El hotel tenía fama de casa de citas», afirma Margarita García, directora actual del Eurofórum de El Escorial.

«Los señoritos de Madrid con dinero venían aquí con sus amantes a pasar el fin de semana». Entre suaves sábanas de hilo perfumadas con el olor a pino y jara del monte Avantos los capitalinos vivían días de pasión. Pero los inmensos y coquetos salones del Felipe II no se llenaban sólo los fines de semana. También había allí millonarios europeos «era una especie de Mónaco español», como lo define una madrileña que fue cliente asidua. 

El hotel se puso de moda entre el mundillo del cine de los años 50 y principios de los sesenta. La actriz italiana Sofía Loren solía pasar allí largas temporadas. Brigitte Bardot, el mito erótico de la época también visitó El Escorial.

En la piscina del Felipe II, única por muchos años en todo el pueblo, se bañó la actriz Esther Williams. Este edificio construido por un arquitecto conocido de la época llamado José Osuna, conserva todavía el encanto de un pasado glorioso. En él estuvieron alojados hasta reyes, Mohamed V de Marruecos entre ellos.

Ava Gardner y Ernest Hemingway, mientras duró el rodaje de «Muerte en la tarde» en Valdemorillo, vivieron en el Hotel. Buñuel y Vitorio de Sica, fueron también huéspedes. ¿Qué tenía El Escorial? El Gran Hotel Felipe II. Los habitantes de la villa conocían la presencia de ilustres visitantes sólo de oídas, «no bajaban al pueblo casi nunca, la actividad del Hotel sobraba y bastaba», cuanta una lugareña. El Monasterio de Juan Herrera pasó por unos años a segundo plano. «El Escorial -continúa- se asociaba con Felipe II, no por el Monasterio, sino por el Hotel». 

Detrás de esta imagen de ensueño se escondía una gestión empresarial fructífera. El Gran Hotel Felipe II era propiedad de URESA, una empresa inmobiliaria filial del Banco Popular.

URESA firmó un contrato de arrendamiento con Hoteles Unidos S.A. (HUSA). El hotel funcionó durante 28 años a través de HUSA, repartiendo una parte de beneficios con la empresa inmobiliaria. Cuando el plazo del contrato venció URESA decidió cerrar el sueño. «No queríamos renovar, preferíamos vender», recuerda Diego del Moral un apoderado de esta empresa.

El Hotel seguía de moda, auque los grandes personajes ya se habían marchado. La piscina se llenó de veraneantes y en los salones a la caída de la tarde servían meriendas para las señoras de lujo. Entonces surgió el conflicto. URESA quería el Hotel como bien inmueble, pero HUSA quería entregárselo en funcionamiento, con personal contratado. 

La empresa denunció a HUSA por incumplimiento de contrato y el Hotel se cerró en 1973 por mandato judicial, en un plazo de 24 horas. El Gran Hotel Felipe II durmió un sueño de quince años. En 1975 fue comprado por los hermanos Mollinedo y hasta 1985 no empezaron las obras que lo acondicionaron tal y como está ahora. Fuentes del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial han afirmado que cuando se abrieron las puertas en el 85 «parecía que no habían pasado los años». 

«Todo estaba intacto, las camas estaban hechas, el comedor preparado con platos de porcelana y cubiertos de plata, incluso se encontraron objetos personales en las habitaciones».

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